Acudir al psicólogo sigue siendo tabú

Me sorprende que, en el siglo XXI, y con el caos del mundo en que vivimos, continúe siendo tabú ir al psicólogo. Casi desde que nacemos nos asignan a un médico de cabecera, y son fundamentales las revisiones periódicas en muchas especialidades médicas. Sin embargo, es frecuente que las personas que acuden al psicólogo no comuniquen a la gente de su entorno que están recibiendo ayuda psicológica por estar rodeado de estigmas que hacen que no se acabe de normalizar el bienestar emocional ni la salud mental. ¿Quién no ha tenido estrés o ansiedad en algún momento de su vida? ¿Quién no se ha encontrado con situaciones vitales que no ha sabido gestionar?

Desde pequeños, nos han inculcado la importancia de ir al médico si sentimos algún malestar físico, pero nunca nadie nos ha hablado de la salud mental ni de cómo gestionar nuestros estados de ánimo. Me parece inaudito que hoy en día no exista en los colegios una asignatura que eduque en la importancia de cuidar nuestra mente, de entender nuestras emociones, cómo funcionan y cómo debemos gestionarlas. Estoy convencida que para prevenir problemas de salud mental sería clave que desde niños nos enseñaran cómo actuar ante cada una de nuestras emociones. Pero qué podemos esperar si a día de hoy todavía escucho a padres que les dicen a sus hijos que no lloren, que eso es de nenazas, que son muy mayores para llorar, o incluso que no hay que tener miedo a nada. ¿De verdad no somos conscientes que los niños son esponjas y que lo único que conseguimos con esto es que se avergüencen y escondan sus propias emociones? ¿No nos damos cuenta que el miedo es una emoción adaptativa y necesaria para mantenernos alerta de posibles peligros? No existen emociones positivas o negativas, existen emociones bien o mal gestionadas. Lo importante es expresarlas, aprender a identificarlas y conducirlas correctamente. De esta forma se evitarían infinidad de patologías.

Existen muchas creencias falsas acerca de acudir a psicoterapia. La más común es que “al psicólogo acuden los locos”, cuando no es necesario tener una enfermedad mental para necesitar este tipo de ayuda. De hecho, la mayoría de los pacientes que acuden a consulta es para aliviar síntomas negativos o porque se encuentran bloqueados y no saben gestionar situaciones vitales que les producen altos niveles de estrés y/o ansiedad. Otro ejemplo de creencia errónea es la de creerse una persona débil por no saber enfrentarse sólo a los problemas, o pensar que es una tontería lo que me pasa. No hay una forma de medir qué problemas deben ser tratados con ayuda de un especialista y cuáles no. Si para ti es importante y te está produciendo dolor y malestar, debes buscar ayuda.

Un especialista en la salud mental te ayudará a cambiar el foco de tus problemas y verlos con perspectiva. Además, te facilitará herramientas que te ayuden a gestionar tu problema actual y a prevenir futuras recaídas. Hay que tener en cuenta que un psicólogo nunca juzga, sino que te orienta para que tú mismo puedas resolver tus problemas, y así, obtener una mejor calidad de vida. Es cierto que una charla con amigos también puede ayudarte en muchos casos, pero a veces no son objetivos, sesgando tu visión y llegando a confundirte.

Para terminar este post, me gustaría compartir contigo mi primera experiencia como paciente, cómo llegué a consulta, que me aportó y cómo desde entonces en mi lista de tareas urgentes siempre está mantener la sesión como mi coach. Terminé la carrera de psicología, y antes de comenzar a trabajar, mi amiga y colega de profesión, Pilar Guerra, me recomendó acudir a un psicólogo especialista en evaluación y diagnóstico para poder tener un mayor autoconocimiento de mí misma. Recuerdo como si fuera ayer cuando Pilar me miró y me dijo: ¿No pensarás empezar a trabajar en mi gabinete sin antes acudir a un profesional? En aquel momento no estaba muy de acuerdo con ella, pero fue una condición ecuánime para poder comenzar a colaborar juntas. Así que sin más accedí.  Acudí al gabinete de una especialista en evaluación y diagnóstico que me recomendó Pilar, pensando que sería una sesión sin más, un mero trámite para poder empezar a ejercer como psicóloga en su gabinete. Pero no, esa sesión fue la primera de muchas que me ayudaron a tener un mayor autoconocimiento de mí y de mi mundo. Fue el comienzo de una nueva etapa, no sé si mejor o peor, pero sin duda más real y donde todas las piezas del puzzle terminaron encajando. Pilar, amiga, quiero agradecerte el empujón que me diste hace más de 20 años, que sin duda fue una de las mejores decisiones para mi autoconocimiento y desarrollo personal.

Desde entonces, no sólo me enamoré aún más de mi profesión y defiendo el acompañamiento de un psicólogo/coach en la vida de las personas, sino que he seguido formándome como coach y experta en mindfulness y gestión de emociones, con el fin de entender cada día más y mejor la mente humana, el comportamiento de las personas y las relaciones interpersonales.

LO QUE MÁS TEMEMOS HACER ES NORMALMENTE LO QUE MÁS NECESITAMOS HACER.

 

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La mala costumbre de juzgar…

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